La gran satisfacción que se produce al conocer lugares, gentes, costumbres... Ámsterdam es una ciudad muy bonita, recogida, encantadora, pasear se convierte en todo un placer, canales, puentes, edificios imposibles crean una atmosfera relajada, sin ruidos, quizás lo mas estresante para mi, fue convivir con las bicicletas (una incoherencia), absorta mirando edificios no controlaba lo que era el carril bici y el paso de peatones, que era increíblemente más pequeño, tampoco lo tenia claro a la hora de cruzar la calle con los tranvías, miraba veinte veces a un lado y a otro, intentando controlar bicis y no ser atropellada por un tranvía, al final salí airosa, habíamos alquilado un precioso apartamento en Marnixstraat,
la llegada a este fue apoteósica (los gritos de las 4 al ver la escalera fueron... fueron rugidos) era un tercer piso, sin ascensor el ancho de escalón casi de 10 cm, el subir costaba, bajar lo hacíamos como el pato Donald, eso si, la terraza que tenia merecía todo ese esfuerzo (mais=terraza=risas), el apartamento era no fumador pero....., Dejamos aparcadas las maletas y nos dimos una vuelta por Leidseplein,
Y en el super cerveza ¡¡ menudas salchichas!!, agotamos existencias, estas y las mejores patatas fritas, que dieron origen a ¡¡¡JURO, QUE NO VOLVERE A PASAR HAMBRE!!!
Nos gusto el Van Gogh museum, y el Rijksmuseum, pero la casa de Ana Frank no nos gusto, y nos la habian recomendado?, ya en el apartamento nos pusimos a ver la pelicula de Ana Frank, en el miniportatil de Asun, no se oia nada, pero...(mais=risas),
La gran satisfacción que se produce al conocer lugares, gentes, costumbres... Ámsterdam es una ciudad muy bonita, recogida, encantadora, pasear se convierte en todo un placer, canales, puentes, edificios imposibles crean una atmosfera relajada, sin ruidos, quizás lo mas estresante para mi, fue convivir con las bicicletas (una incoherencia), absorta mirando edificios no controlaba lo que era el carril bici y el paso de peatones, que era increíblemente más pequeño, tampoco lo tenia claro a la hora de cruzar la calle con los tranvías, miraba veinte veces a un lado y a otro, intentando controlar bicis y no ser atropellada por un tranvía, al final salí airosa, habíamos alquilado un precioso apartamento en Marnixstraat,
la llegada a este fue apoteósica (los gritos de las 4 al ver la escalera fueron... fueron rugidos) era un tercer piso, sin ascensor el ancho de escalón casi de 10 cm, el subir costaba, bajar lo hacíamos como el pato Donald, eso si, la terraza que tenia merecía todo ese esfuerzo (mais=terraza=risas), el apartamento era no fumador pero....., Dejamos aparcadas las maletas y nos dimos una vuelta por Leidseplein,
Y en el super cerveza ¡¡ menudas salchichas!!, agotamos existencias, estas y las mejores patatas fritas, que dieron origen a ¡¡¡JURO, QUE NO VOLVERE A PASAR HAMBRE!!!
Nos gusto el Van Gogh museum, y el Rijksmuseum, pero la casa de Ana Frank no nos gusto, y nos la habian recomendado?, ya en el apartamento nos pusimos a ver la pelicula de Ana Frank, en el miniportatil de Asun, no se oia nada, pero...(mais=risas),
